miércoles, 31 de octubre de 2012

El maltrato psicológico en la pareja


El maltrato psicológico en la pareja
http://www.inefoc.net/pdfs/15.pdf

La sociedad occidental está sujeta a constantes cambios sociales que inciden en la 
relación de pareja. De hecho, hoy cohabitan diversos patrones que configuran este 
tipo relación: noviazgo, matrimonio, parejas de hecho, parejas homosexuales, sujetos 
divorciados que conviven de nuevo con su excónyuge, etc.
Podemos decir, partiendo del modelo tradicional de pareja compuesto por hombre y 
mujer, que existe violencia en el seno de la misma cuando se crea entre ambos una 
situación de abuso de poder en que la persona más fuerte y con más recursos, 
habitualmente el hombre, trata de controlar a su pareja, arremetiendo física, 
psicológica, sexualmente contra ella, a la vez que  la percibe como vulnerable e 
indefensa y la convierte en fuente de desahogo de sus frustraciones cotidianas.
 De esta manera, todo parece indicar que el maltrato físico es el tipo 
de maltrato más evidente y el que es más fácil de identificar, por eso suele ser al que 
se da más importancia, tanto en el ámbito personal  como en el social. Otra razón 
puede ser debida a la menor importancia que se le da a la violencia psicológica al 
considerarla objeto de menor repercusión en la salud del individuo que la soporta . 
Aunque el abuso físico puede ocurrir sin abuso emocional, lo más frecuente es que el 
maltratador comience con maltrato psicológico y acabe con maltrato físico. No 
obstante, no siempre es así necesariamente, y a veces nunca llegan a dar el paso al 
maltrato físico y continúan con el abuso emocional  durante años.
Cuando el abuso emocional va acompañado de agresión física, es habitual que éste 
describa el patrón cíclico de violencia que formuló Walker en su Teoría del ciclo de la 
violencia conyugal .
De cualquier forma, algunos trabajos apuntan que en los casos de violencia física en la 
pareja, las manifestaciones de maltrato emocional son previas, ocasionándose graves 
consecuencias en la salud del que la sufre  y con un impacto psicológico igual o mayor al provocado por las agresiones físicas. Asimismo Walker (1979) y Follingstad  et al.  (1990) hallaron que la 
mayoría de víctimas estudiadas juzgaban la humillación, la ridiculización y los ataques 
verbales como más desagradables que la violencia física experimentada, lo que 
también se recoge así en un informe de la OMS (1998) que indica que el peor aspecto 
de los malos tratos no es la violencia misma, sino  la "tortura mental" y el "vivir con 
miedo y aterrorizados". 
Por otra parte, si apenas se ha concedido importancia al estudio del maltrato 
emocional en las relaciones de pareja, cuando se trata de analizar la presencia de 
indicadores de esta forma de abuso en las relaciones de noviazgo, la información es 
aún más escasa.  













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