martes, 5 de febrero de 2013

Mujeres maltratadas por su pareja


El maltrato a la mujer por su pareja es una de las formas más comunes de violencia contra las mujeres, siendo más probable que sufran ataques repetidos, lesiones, violaciones o que mueran que en el caso de ser atacadas por otro tipo de agresores (Browne y Williams, 1993). Se trata de un fenómeno global que se extiende por todos los países y afecta a las mujeres de todos los niveles sociales, culturales y económicos y su impacto en la salud es tal que recientemente se está considerando como un problema importante de salud pública (Fischbach y Herbert, 1997; Heise y García-Moreno, 2002; Roberts, Lawrence, Williams y Raphael, 1998). Además de las lesiones físicas sufridas como consecuencia directa de las agresiones, tiene gran impacto psicológico y también supone un factor de riesgo para la salud a largo plazo (Koss, Koss y Woodruff, 1991).

Una persona que viva con alguien que abusa de ella física o emocionalmente suele desarrollar una respuesta de estrés cuando es atacada. Si se repiten los ataques o amenazas, desarrolla una serie de síntomas crónicos, siendo los más prevalentes en las mujeres maltratadas por su pareja el trastorno de estrés postraumático y depresión (Golding, 1999). Además, cuando la mujer es degradada y ridiculizada por su pareja de forma repetida puede disminuir su autoestima y sentimiento de autoeficacia (Orava, McLeod y Sharpe, 1996) e, incluso, puede llegar a pensar que merece sus castigos y que es incapaz de cuidar de ella y de sus hijos/as, desarrollando una gran inseguridad en sí misma (Matud, 2004a). También se ha encontrado que es posible que desarrolle sentimientos de culpa, aislamiento social y dependencia emocional del maltratador, junto con ansiedad y sintomatología somática (véase, por ejemplo, Buchbinder y Eisikovits, 2003; Dutton y Painter, 1993; Echeburúa y Corral, 1998; Matud, 1999). Y aunque su frecuencia es menor, también se han descrito tendencias suicidas y abuso de alcohol y/o drogas (Golding, 1999), así como de medicamentos, sobre todo analgésicos y psicofármacos, en un intento de superar el malestar físico o emocional generado por la situación vivida (Echeburúa y Corral, 1998). Dutton (1992), integrando los trabajos teóricos, empíricos y clínicos, plantea que los efectos psicológicos del maltrato como experiencia traumática incluyen un amplio rango de respuestas cognitivas, conductuales, emocionales, interpersonales y físicas que pueden ser clasificadas en tres grupos: 1) indicadores de disfunción o de malestar psicológico; 2) problemas de relación; y 3) cambios en el esquema cognitivo.
 
El maltrato a la mujer por su pareja incluye conductas tales como agresiones físicas (golpes, patadas, palizas ...); abuso psicológico (intimidación, menosprecio, humillaciones ...); relaciones o conductas sexuales forzadas; y conductas de control, tales como aislamiento, control de las actividades y restricciones en el acceso a información y asistencia (Heise y García-Moreno, 2002). Aunque no todas las mujeres sufren todos los tipos de abuso, es muy común que se den de forma conjunta y muchos autores plantean el control y la dominación como una característica central de este tipo de violencia. Así, Walker (1994) afirma que, generalmente, el abuso es parte de un patrón de conducta obsesiva, más que una expresión de pérdida repentina de control y Dutton (1992) destaca el control de la víctima como un rasgo central para considerar una conducta como abuso.

A nivel social, la violencia del hombre contra la mujer es una manifestación de la desigualdad de género y un mecanismo de subordinación de las mujeres que sirve para reproducir y mantener el status quo de la dominación masculina y la subordinación femenina (Koss et al., 1995). Muchos autores sitúan la violencia marital dentro del contexto más amplio de la dominación masculina (Koss et al., 1995; Lorente, 2001, Pérez del Campo, 1995) ya que la estructura económica y familiar es jerárquica y está dominada por el hombre, lo que implica una distribución desigual del poder. Desigualdad que impregna la construcción social del género y la sexualidad y que afecta profundamente a las relaciones íntimas de mujeres y hombres, por lo que para comprender la violencia de los hombres frente a las mujeres es necesario analizar las desigualdades entre ambos. Como señala Pérez del Campo (1995), la ideología patriarcal y las instituciones permiten al hombre usar la fuerza como un instrumento de control lo que conlleva que no se denuncie el abuso y que, cuando se hace, se deje en muchos casos en total impunidad a los agresores y en la más completa indefensión a la víctima. Porque no se puede olvidar que varias de las mujeres que han muerto en nuestro país a manos de sus parejas o ex parejas habían sido amenazadas durante años, y estos hechos habían sido denunciados en más de una ocasión. 


Las normas y las expectativas culturales juegan papeles muy importantes en la configuración y la promoción de la violencia del hombre contra la mujer, minimizando u ocultando sus efectos dañinos e impidiendo el diseño de políticas y programas efectivos para la erradicación de tal violencia (Koss et al., 1995). Así, son muchos los mitos en torno a la mujer maltratada, mitos que no solo perpetúan la violencia sino que niegan la asistencia a sus víctimas, ya que muchas veces se duda que exista el maltrato, se minimizan sus efectos, cuando no se exculpa al agresor o se culpabiliza a la víctima. Se trata de creencias que han sido y son mantenidas aún por muchas personas, incluso profesionales de la psicología, ya que solo en las últimas décadas se ha estudiado el maltrato a la mujer, estudios que son mucho más recientes en nuestro país. Dado que consideramos que es fundamental el conocimiento del fenómeno antes de realizar cualquier intervención psicológica, y que un tratamiento psicológico que se centre únicamente en el control de los síntomas de la mujer maltratada resulta claramente insuficiente a medio y largo plazo, a continuación revisaremos brevemente las características que consideramos más relevantes y útiles en la intervención psicológica. 
Tampoco es infrecuente el maltrato del marido a su mujer embarazada, con el consiguiente aumento del riesgo para la mujer y el niño. Y también es probable que el hombre que golpee a su esposa agreda a sus hijos/as, si bien las tasas de coocurrencia de tales agresiones varía si se trata de muestras comunitarias o clínicas. Aunque en las primeras las tasas se sitúan en torno al 6% (Appel y Holden, 1998) en las segundas se estima en torno al 40%. Además del impacto que tiene en la salud de los/as hijos/as (se ha estimado que la probabilidad de desarrollar problemas clínicos es entre dos y cuatro veces mayor que en los/as hijos/as de las familias sin violencia), algunos autores han planteado que parece darse una transmisión intergeneracional de la violencia. Aunque la asociación es entre débil y moderada (Stith et al., 2000) se ha encontrado que es más probable que un hombre que haya sido víctima o testigo de violencia en su familia de origen sea violento y se convierta en agresor de su pareja, y algunas mujeres maltratadas por su pareja también han sido testigos o víctimas de maltrato en su familia de origen. Pese a que no están claras las vías de transmisión, los factores de riesgo parecen ser, además del modelado directo, el desarrollo desde la infancia de una serie de alteraciones psicológicas, las cuales son a su vez factor de riesgo de agresión a la mujer.

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En este último estudio, realizado con 240 mujeres que habían sido o eran maltratadas por su pareja, se encontró que, aunque había una gran variabilidad en la edad de comienzo de la relación con la pareja que les maltrataría (el rango oscilaba entre 11 y 50 años), la mitad de las mujeres habían comenzado tal relación antes de los 21 años, y el 77% antes de los 27. El rango de edad en que las mujeres comenzaron a sufrir los abusos oscilaba entre 13 y 54 años, aunque la mitad ya había sido maltratada antes de los 23 y solo el 10% de las mujeres comenzó a sufrir abusos de su pareja a partir de los 33 años. Y pese a que muchas personas sostienen la "creencia" de que la mujer maltratada se caracteriza por tener relaciones con distintas parejas que abusan de ella (lo que la hace "sospechosa"), se encontró que en algo más de la mitad de los casos (el 54,5%) se trataba de la primera pareja; el 34% había tenido una o más relaciones de pareja anteriores, pero no había sufrido maltrato, y únicamente el 11,6% habían tenido relaciones anteriores en las que habían sufrido abusos de su pareja.


http://www.papelesdelpsicologo.es/vernumero.asp?id=1155


Lenguaje corporal femenino





Lenguaje corporal femenino
El lenguaje corporal femenino es un puzle que muchos hombres intentan descifrar aunque pocos lo consiguen, y no solo hombres, a las mujeres también les gusta saber de que va el lenguaje corporal femenino, aunque entre ellas se lo entienden un poco más no saben todo lo que hay que saber y mucho menos los secretos.
El lenguaje corporal femenino es inconfundible porque tal como indica su nombre es característicamente femenino y el de los hombres aunque se puede asemejar siempre difiere en algunos aspectos.
Cuando una mujer te dice por ejemplo: “haz lo que quieras”, más que hacer caso a sus palabras tienes que fijarte en su lenguaje corporal femenino para saber qué es lo que piensa realmente. Brazos cruzados y ceño fruncido indicarán que precisamente “haz lo que quieras” no es lo que quiere que hagas.
En cambio un hombre ante la misma actuación dirá claramente que NO o dará señales más visible de que les desagrada, en cambio, las mujeres suelen expresar lo que realmente sienten con el lenguaje corporal femenino y ocultan mucho más lo que piensan con las palabras si esto puede crear enfrentamientos o disputas con otra persona.

El lenguaje corporal femenino por lo tanto es más importante de descifrar porque es casi imprescindible para llevarse bien con cualquier mujer, de no ser así se pueden llegar a muchos mal entendidos y confrontaciones que para un hombre pueden ser absurdas o culpa de la mujer, pero para la mujer será todo lo contrario.
Porque aunque las mujeres expresen con palabras tienden a culpar a la otra parte de no saber lo que quieren, simplemente porque consideran que ellas han dado las suficientes señales no verbales para que la otra persona lo entienda. Es decir, para ellas es evidente, para un hombre que no tiene ni idea de leer el lenguaje corporal femenino era algo indescifrable.
Por ejemplo, las mujeres dan por sentado cosas que para ellas se tiene que saber, cuando ocurre un malentendido o disputa, aunque no se haya hablado, ellas señalan a un culpable porque para ellas es evidente que tenían que haber actuado de otra forma. Por ejemplo; imagina que es el cumpleaños de tu madre y se te olvida llamarla para felicitarla y la llamas en la noche.

Da igual el motivo, estás sentenciado y tu madre es probable que te guarde rencor por ello dado que emocionalmente para ellas el que las recuerden y conozcan todo sobre ellas es muy importante.
Es por eso que es imprescindible para ti y tu salud aprender a leer el lenguaje corporal femenino, para que sepas verdaderamente lo que quiere una mujer en vez de que tengas que intuirlo o hacer malabares para averiguarlo.
Imagina que quedas un día con una amiga y la notas nerviosa, como distante. ¿Cómo lo notas? ¡Por qué sabrás leer el lenguaje corporal femenino! De lo contrario solo notarías algo raro en tu amiga pero no sabrías el qué, así que ni siquiera preguntas porque no ves nada.
Ella se irá a casa con la sensación de que has pasado de ella y eres un insensible y tú no has hecho nada, simplemente es que no te habías dado cuenta. Y por culpa de eso puedes labrarte una reputación que no tienes con las mujeres, simplemente por no saber leer a las mujeres.
Si hubieras aprendido a leer el lenguaje corporal femenino habrías quedado como un DIOS con tu amiga y además la habrías ayudado mucho con su problema. ¿Cómo te darás cuenta de que le pasa a una mujer por su lenguaje corporal femenino?

Es fácil cuando sabes leer el lenguaje corporal. Imagina la escena anterior. Tu amiga llega como distraída y pensativa, está cabizbaja, no muy atenta… Tiene un lenguaje corporal negativo y tú lo notas, sabes leerlo y lo notas que le pasa algo.
Tú: ¿Qué te pasa?
Ella: Nada….
(Los puntos suspensivos indican que ese nada es algo). o es lo mismo un: “¿A mí? ¡Nada! ¿por qué?” , Que un Nada…. alargando la aaa y desviando la mirada de tus ojos. Eso nos está indicando de que, efectivamente, algo sí que le está pasando. Entonces…
Tú: Algo te pasa, va, dime que te pasa…
Después de un rato de insistencia aunque sino lo haces ella puede llegar a pensar o reprocharte en un futuro que no te interesas por ella… Ella te terminará diciendo que le pasa y explayándose.

Aprender a leer el lenguaje corporal femenino significa entender al más profundo nivel a cualquier mujer, qué es lo que le pasa por la cabeza en cada momento y así saber encontrar una solución apropiada, aunque, si aprendes a leer el lenguaje corporal femenino también puedes perder alguna amistad femenina.
Cuando gracias a convertirte en un maestro del lenguaje corporal aprendes a ver como son las personas en realidad te puedes encontrar con gente muy contaminante que no quieres en tu vida. Dónde antes veías preguntas inocentes ahora ves la verdadera intención.
En una ocasión, hace ya cerca de un año, hice un coach presencial a una chica enferma de cirrosis. Leyendo su lenguaje corporal adiviné rápidamente que era pesimista y por lo que me contaba había prácticamente terminado con su vida social por culpa de esa negatividad que llevaba encima y tengo que decir que, sus amigos le dejaron de lado de forma más que justificada.
Para qué te hagas una idea me preguntó que, qué tal estaba de salud, luego de explicarle me dijo que siempre venía bien escuchar historias de personas que están peor que tú. Conociendo a esa persona en base a analizar su lenguaje corporal y conocer como es por dentro, tengo que decir a lo que piensas que si, su comentario fue dicho en toda su plenitud sádica.

Obviamente no me hice amigo de esa chica y mantuve un contacto escueto con ella porque, de haberlo hecho me hubiera intentado consumir al igual que lo hace una garrapata y si no supiera leer el lenguaje corporal femenino hubiera sido otro tonto que se hubiera apiadado de ella y ella no solo NO hubiera agradecido mi ayuda sino que además, la habría despreciado en todas sus formas.
Parece increíble pero aprender a leer el lenguaje corporal femenino te puede ahorrar muchos quebraderos de cabeza y te puede ayudar un montón en tu vida diaria.
Aprende a leer el lenguaje corporal femenino con nuestro videocurso: Todo sobre el lenguaje corporal y como utilizarlo

http://seduccionysuperacion.com/2011/12/08/como-atraer-mujeres-usando-el-lenguaje-corporal/

Como hablar con una mujer

hablar con una mujer
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 Las mujeres son esos seres “extraterrestres” que causan miedo a algunos hombres. Cuando yo era adolescente me decían siempre: “En el mundo hay más de 3000 mil millones de mujeres” pero yo sin embargo siempre estaba más solo qué la una.

Salía a pubs, discotecas y sí, había montones de mujeres pero yo era capaz de conocer a ninguna, años más tarde con un intenso entrenamiento pude superar todos los obstáculos y no solo comprender como hablar con una mujer sino enseñar a otros hombres como hacerlo.
Cuando no eres sociable cuesta y el como hablar con una mujer se vuelve algo extremadamente difícil y tortuoso.
Por suerte para ti  en este artículo voy a enseñarte como hablar con una mujer, a responder las dudas más frecuentes y como superar esos miedos para así poder hablar con una mujer siempre que te apetezca.


Sobre que hablar con una mujer

La mayor duda que se tiene a la hora de como hablar con una mujer es: “¿Sobre qué hablo?”. En mi adolescencia lo pensaba, es que ahora entro a esta chica pero… ¿De qué demonios le hablo?. En realidad lo que esconde esta duda es un desconocimiento enrome y miedo hacia el sexo femenino.
Una mujer no tiene que venir hacia ti creyendo que eres Dios o un presentador de televisión para que solo con decir: “¡Hola!” alucine en colores. Los seres humanos somos seres sociables por naturaleza, hasta los más fóbicos sociales necesitan la compañía de personas por lo tanto si sabes dirigir una conversación pocos se te resistirán.
Con una mujer simplemente tienes que hablar, tienes que interactuar sin parecer un baboso, ni un molesto ni un pesado aunque si lo pareces pero eres valiente y sabes forzar conversaciones poco importa, el problema aquí es que tú no lees este post porque seas un auténtico AS con las mujeres, sino porque tus habilidades son más bien escasas.
La mayoría de las veces además no es que no sepas como hablar con una mujer sino que es el miedo el que no te deja hacerlo, debes tener muy claro que no existe una fórmula mágica, pero lo que si te dará seguridad es memorizarte dos historias y algunas frases para soltar cuando hables con una mujer. Que sean más o menos aplicables a cualquier tema y soltarlas para crear conversación.
Así es como funciona el como hablar con una mujer, tú compartes y la mujer comparte, así poco a poco es como se forja la relación, pero está claro que si tú no hablas es poco probable que una mujer venga y te cuente toda su vida.

 

Picar la curiosidad de una mujer

Como hablar con una mujerLa mujer es un ser excesivamente curioso por naturaleza. La televisión está llena de programas del corazón y programas morbosos que son vistos principalmente por mujeres y éstas suelen arrastrar a parte de la familia para que se enganchen. Lo mismo ocurre con las telenovelas de América cargadas de emociones y misterio: “Frijolito”, “Gavilanes” y compañía son droga para las mujeres. Así que si picas la curiosidad de una mujer probablemente lograrás como hablar con ella durante rato.

http://revista-digital.verdadera-seduccion.com/como-hablar-con-una-mujer/

El Matrimonio para una Mujer


 

Que es el Matrimonio?

 http://www.monografias.com/trabajos7/anco/anco.shtml

El matrimonio es una institución social que crea un vínculo conyugal entre sus miembros. Este lazo es reconocido socialmente, ya sea por medio de disposiciones jurídicas o por la vía de los usos y costumbres. El matrimonio establece entre los cónyuges —y en muchos casos también entre las familias de origen de éstos— una serie de obligaciones y derechos que también son fijados por el derecho, que varían, dependiendo de cada sociedad. De igual manera, la unión matrimonial permite legitimar la filiación de los hijos procreados o adoptados de sus miembros, según las reglas del sistema de parentesco vigente.

Fundamentos jurídicos

Las características generales de la institución del matrimonio incluidas en algunos ordenamientos jurídicos son la dualidad, la heterosexualidad y el contenido en cuanto a derechos y deberes. A partir del siglo XX, en las sociedades de influencia occidental y procedente del liberalismo se recoge también el principio de igualdad, con un peso creciente en las regulaciones derivadas.
  • La dualidad del matrimonio es el principio por el que la institución está prevista, en principio, para unir a dos personas y vincularlas para su convivencia y procreación. En algunos ordenamientos (en especial los de base islámica) se reconoce la posibilidad de que un hombre contraiga matrimonio con más de una mujer. Pero incluso en este caso la institución vincula a una persona con otra, pues las diversas mujeres que un musulmán pueda tener no están unidas, en principio, por ningún nexo matrimonial ni tienen derechos y obligaciones entre sí.
  • Tradicionalmente el matrimonio exige la pertenencia de cada contrayente a uno de ambos sexos, de manera que un hombre y una mujer son los únicos que, en principio, pueden contraer matrimonio. Este principio está siendo modificado en algunos países en favor del principio de igualdad, a fin de reconocer la paridad de derechos y obligaciones entre hombre y mujer y extender los beneficios que implica la institución del matrimonio a parejas formadas por personas del mismo sexo.

Beneficios del matrimonio

- Las personas felizmente casadas viven un promedio de 4 años más que las que no están casadas

- Las personas casadas suelen enfermar menos, quizá porque el otro cónyuge le recuerda que cuide de su salud

- Los niños suelen tener una mayor probabilidad de éxito académico que los hijos de padres divorciados. Claro que los hijos que viven en familias en las que hay violencia doméstica o un ambiente hostil.
 

Por qué fracasa la mayoría de las terapias matrimoniales

- El consejo que suelen dar los terapeutas: mejorar la comunicación - es un mito. Gottleb asegura que, por el contrario, mejorar la actitud hacia el otro es lo que funciona

- Cuando una pareja acude a terapia suele ser demasiado tarde: cuando ya hay demasiado resentimiento

Los enemigos del matrimonio

- Criticar a la pareja.
Si los cónyuges se critican, se ríen el uno del otro y usan el sarcasmo para ridiculizarse mutuamente, se han perdido el respeto. Una cosa es decir: "me enfadé porque dejaste los calcetines en el piso" y otra muy diferente: "no sé cómo puedes ser tan sucio".

- Despreciar al cónyuge
El desprecio se basa en el resentimiento: en sentimientos de ira y frustración acumulados y no resueltos. Cuando una pareja se comunica con desprecio, la cosa va por mal camino. Si además esto se hace delante de otras personas, peor aún.

- Estar siempre a la defensiva
No dar el brazo a torcer ni pedir nunca perdón, por principio, conduce al fracaso. Si uno ataca y el otro se defiende atacando también, no se llega a ninguna parte.

- Evitar al cónyuge